martes, 17 de noviembre de 2009

LAS SIETE COLINAS DE ROMA

Hasta aquí todo formo parte de la leyenda. Pero “Roma no se hizo en un día”. La época del primer asentamiento humano en Roma se remonta, sin duda, más allá de 753 antes de Cristo, quizás antes del año 1000. Es evidente que el desarrollo de la ciudad no puede explicarse sólo por la energía de su población, sino, que contribuyeron también circunstancias geográficas y económicas. Roma era una de tantas ciudades de antaño, que tenia una posición exclusiva en el Tíber. Roma era, pues, el lugar del Lacio que mejor se prestaba al establecimiento de una ciudad fortificada y comercial. Levantada al principio sobre una colina, se fue extendiendo depuse hasta ocupar siete, por lo que se denomino La Ciudad de las 7 colinas.





-el monte Aventino (Collis Aventinus), (47 metros de alto).
-el Capitolino (Capitolinus, que tenía dos crestas: el Arx y el Capitolium), (50 metros de alto).
-el Celio (Caelius, cuya extensión oriental se llamaba Caeliolus), (50 metros de alto).
-el Esquilino (Esquilinus, que tenía tres cimas: el Cispius, el Fagutalis y el Oppius), (64 metros de alto).
-el monte Palatino (Collis Palatinus, cuyas tres cimas eran: el Cermalus o Germalus, -el Palatium y el Velia), (51 metros de alto).
-el Quirinal (Quirinalis, que tenía tres picos: el Latiaris, el Mucialis o Sanqualis, y el Salutaris), (61 metros de alto).
-el Viminal (Viminalis), (60 metros de alto).

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